Uno de los recuerdos más impactantes de la formación de Mariana García Tinoco, artista plástica mexicana, ocurrió cuando su profesora de Arte Moderno en la universidad se burló de Diego Rivera. “Todavía me acuerdo y me dan ganas de llorar”, dice Mariana. “En ‘El hombre en el cruce de caminos’, Diego Rivera pintó el virus de la gonorrea basándose en una descripción, ya que nunca lo vio a través de un microscopio. Mi maestra se mofó de él sin considerar que era una comisión para plasmar avances científicos y tecnológicos con una visión capitalista, aunque Diego lo hizo con una perspectiva socialista”.
Nacida en México, Mariana se mudó a Nueva York para construir su carrera artística, impulsada por la creencia de que en México no lo lograría y su dominio del inglés. A pesar de no tener antecedentes familiares en las artes plásticas, recuerda con cariño cómo su padre dibujaba como pasatiempo y ella retrazaba las líneas en papel.
Graduada con los más altos honores de la carrera de Bellas Artes en Pace University, donde también recibió el premio al graduado más destacado del Departamento de Artes, Mariana ha explorado múltiples disciplinas: fotografía, animación, ilustración, elaboración de títeres y música, siendo parte del Coro ProMúsica en 2016 y 2017.
Superando estereotipos y discriminación
Una constante en la obra de Mariana es la discriminación que enfrentan los mexicanos en Estados Unidos. Aunque su trabajo no tiene relación directa con Frida Kahlo, era constantemente comparada con ella. “Admiro a Frida, pero siento que a veces nos encasillan y no nos dejan florecer a nuestro modo”, explica Mariana. Su objetivo es mostrar el folclor mexicano en su arte, “pero a mi manera”.
Mariana ha sido sujeta a estereotipos de género y etnicidad. “Siempre me decían cosas como ‘no te ves como yo pensaba que te verías’ por ser mexicana y mujer. Incluso, algunos maestros me decían que pintaba como hombre”. Sus inspiraciones incluyen a Miguel Ángel, Ayala, Aarón Blaise, Orozco y Javier Marín.
Mariana ha participado en eventos significativos como pintar en vivo para el espectáculo “Los Colores de Frida” y desarrolló materiales para Spacebridge, una organización que ayuda a niños refugiados de Ucrania y Rusia. Además, diseñó un libro para este proyecto que se publicará próximamente.
Como diseñadora de escenografías para Teatro 220, recientemente tuvo una exhibición solista en el Instituto de Arte Teatral Internacional (IATI). La reconocida casa de artes La MaMa Experimental Theater Club le ofreció una residencia para el ciclo 2024-2025, donde desarrollará talleres, presentaciones y exhibiciones.
“Me emociona muchísimo poder traer mi trabajo a Nueva York y a México y mostrar lo que estoy haciendo, como mujer y como artista”, concluye Mariana, demostrando su compromiso con el arte mexicano y su lucha por romper estereotipos en el mundo artístico estadounidense.
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